Descripción
Un ensayo para revincularnos con el mundo que habitamos.
Eso que llamamos alimento es muchas veces un co-mestible sin historia, una semilla que tiene dueño, una tierra arrasada, un cuerpo explotado. ¿Queremos de verdad comer esto? Quizás, porque somos eso, porque fuimos moldeados para estar desvincuados del impacto que tiene lo que comemos. Un impacto que nunca es individual: todo lo que nos sucede, también le sucede a la humanidad y a los territorios donde nos encontramos.
Pero en la medida en que nos transformamos, podemos construir una humanidad del revínculo: esto es lo que propone este libro de la mano de Rocío Hernández, quien, desde su práctica profesional, los espacios académicos y las redes sociales como @nutriloca se ha convertido en una referente indiscutible sobre alimentación basada en plantas.
Comemos lo que somos integra ciencia, experiencia y mucho amor a la salud, la ética y la soberanía alimentaria. Y es una invitación a este revínculo, a permitirnos comprender que la salida es colectiva, pero tiene que empezar por cada uno. Porque comer es un acto político, y es el primer paso para cambiar este mundo en llamas.